miércoles, 29 de junio de 2011

Flores de verano - Tamiki Hara

Hablar de Impedimenta es hablar de amor hacia la literatura. Cada libro  que publica está cuidado al más mínimo detalle. Empezando por la portada, siempre hermosa y sugerente, pasando por la calidad del grosor de la página y, por supuesto, por lo que al fin y al cabo importa: el texto. No solo del autor en sí, siempre de sobrada calidad, sino también de los traductores y de los diversos prologistas e introductores de la obra en cuestión. Es curioso, pero ojeando ahora unos cuantos libros de esta editorial, siento que el código de barras le sobra. No, esto no puede ser un artículo de mercado más, es un objeto casi de coleccionista. Pero, en fin, ruego no se tome en consideración este último comentario que a veces se me va la cabeza. Sigamos.

El libro que trataré de destripar hoy no es otro que Flores de Verano, del autor japonés Tamiki Hara. Esta obra se enmarca dentro del subgénero literario denominado genbaku bungaku o "literatura de la bomba" y es que Hara fue un hibakusha o, lo que es lo mismo, un superviviente de la bomba.

Compuesto por  tres cuentos, en esta edición se recogen cronológicamente en cuanto a los hechos acaecidos: Preludio a la aniquilación, Flores de verano y De las ruinas, si bien su orden de escritura fue: Flores de verano (1946), De las ruinas (1947) y Preludio a la aniquilación (1949).

Preludio a la aniquilación es el más extenso. En este texto se nos muestra la vida de los ciudadanos de Hiroshima, centrados en la familia del narrador (trasunto del propio Hara), en los días previos a la bomba en plena II Guerra Mundial. La población vive constantemente atemorizada con las sirenas que indican un posible ataque aéreo sonando en mitad de la noche.

De las ruinas narra las vicisitudes del protagonista tras el estallido de la bomba nuclear: la evacuación a otro pueblo, las colas interminables para recibir asistencia médica, la gente aparentemente sana que va muriendo, lo que les hace suponer que no se trataba de una bomba normal...

Pero el relato que mayor fuerza posee es el que da título al libro. Flores de verano narra el momento inmediatamente después al estallido de la bomba nuclear de Hiroshima el 6 de agosto de 1945. El caos se apodera de la ciudad, todo está arrasado, los bosques arden, aparecen cadáveres carbonizados en cada esquina, miles de moribundos exhalan su último suspiro entre una súplica de ayuda o una oración de salvación, huyes del horror sin saber el paradero de alguno de los tuyos...

Narrado de manera cruda y directa, el miedo y terror que se vive sumergido en estas páginas no hace justicia a lo que debió pasar este pueblo (y Nagasaki tres días más tarde) en uno de los crímenes más atroces de la historia de la Humanidad.

domingo, 26 de junio de 2011

Un sueño fugaz - Iván Thays

En 2008, "Un lugar llamado oreja de perro" quedaba finalista del premio Herralde de Novela. No conocía nada del autor, de hecho era el primer libro suyo que se publicaba en España, pero el título me llamó la atención así que seguí mi instinto y lo leí. Recuerdo que me pareció un libro muy interesante. Ahora, Anagrama saca un nuevo libro de este autor peruano.

Se trata de una novela construida a base de cuentos (aunque es una novela; esta vez los editores no tratan de vendernos un libro de cuentos por novela, nunca entenderé esto último, ese miedo al relato, pero esa es otra historia) donde el hilo conductor es el personaje que narra en primera persona el encuentro con los diferentes antiguos alumnos del taller literario "Centeno", un taller de escritura para adolescentes.

El narrador tuvo un inicio de carrera fulgurante: publicó una novela siendo aún muy joven, recibió una beca para marcharse a Europa donde conoció al amor de su vida y tuvo un hijo. Pero de eso hace mucho. En Venecia las cosas no le van nada bien, ha dejado de escribir, su hijo murió y la relación con su mujer está a punto de resquebrajarse. Derrotado, el autor vuelve años después a Lima, más gordo, más viejo y más calvo, con la intención de hacer lo que se supone que hacía en Europa: escribir.

Es en Perú donde se reencuentra con la mayoría de sus ex-compañeros de taller (también en Venecia y en Trieste se había encontrado con un par de ellos). A través de estos ex-compañeros vemos los derroteros que han ido tomando sus vidas desde aquel taller tan lejano en el tiempo. La visión es bastante subjetiva puesto que el narrador es siempre el mismo. También a través de estas historias vemos la figura de un narrador gris, inmutable ante lo que le rodea. Sin embargo Thays consigue que no sintamos rechazo por él pese a ser un poco insensible a todo. El último cuento está contado desde otro punto de vista: una chica que admira al escritor, al "maestro", al que le considera un gran autor. En este cuento-capítulo vemos al personaje desde otra perspectiva por lo que podemos completarle más objetivamente.

Así, al final del libro, tenemos la construcción de un personaje a base de pequeñas pinceladas que va dando a lo largo de los distintos reencuentros.